Vanesa Galasso Artista Plástica
   
  Vanesa Galasso - Artista Plástica
  Palabras
 

"De cabeza, como si al mirara todo al revés...
como si de esa manera pudiera explicar lo inexplicable..."
 




 Si me preguntan cuál es el tema que siempre emerge en mis obras, sin dudar contestaré que la figura humana. A veces sin proponerme, sin el asomo de intención alguna, surgen como brotes de hierba buena en primavera.
   Y es que la figura humana es tan bella, tan delicadamente perfecta. Una creación pura de inspiración que emociona hasta el tuétano. Anatomía pura.
Las manos, ágiles halcones en vuelo diario que hablan inquietos en aires perfumados. Los pies, equilibrio entre la estabilidad y el movimiento, raíces del cuerpo que nos afirman y nos conducen por caminos en tiempo y espacio. La línea del cuello, que baja ondulada, serpenteante por la espalda, dinámica pura hecha columna, sostén de la vida. El ombligo, cicatriz de lo que fue, aljibe del mundo. Y en armonía, composición simétrica, los ojos y la boca. Mirada y decir. Proporción en un mecanismo divino.
   Entre los cuerpos, maquinarias perfectas de órganos, células y tejidos, existen interminables maneras de relacionarse. Relaciones humanas, les dicen, con su infinita variedad espectral nos aúnen y abrazan. Otorgan color a la vida, la llenan de anécdotas y emociones. Nuestra historia y la de otros que se combinan en un soplo, vinculándonos magicamente, en redes infinitas. Entonces, vamos tejiendo historias más allá de la vida. Los sentimientos actúan como nexos, como nodos en un gigantesco mapa conceptual en dónde somos los sustantivos, lo más importante encerrado en una elipse. Y los verbos nos mueven de aquí para allá, como en una danza ritual que forma parte del ciclo de la vida.
   Un cuerpo humano es mucho más que algo tangible, palpable, concreto. Un ser humano, representado artísticamente como figura humana puede ser: deseos, sentires, virtudes, debilidades…
  Nada es más bello que la figura humana porque nada es más importante que las relaciones humanas.
   Dos personas vienen transitando en líneas rectas, que pudieron ser eternamente paralelas, pero algo, magia tal vez, hace que estas líneas se crucen y estas dos personas se encuentren en un punto. El encuentro puede ser fatal o glorioso, de eso dependerá la intervención de incontables variables. Y ahí surge, en reacción digna de alquimista, el amor y el odio, y una escala cromática con todos sus valores de luz y sombra. Las Artes, las Ciencias y todo lo bello que está pariendo la humanidad. La Guerra y la explotación y todo lo horrible que esta pariendo la humanidad. Desinterés y compromiso. Solidaridad y hambre.
   Seres que se abrazan, se acarician. Actos de amor en mis obras entre personas que se entrelazan. Como si eso pudiera transportarse en el mundo real. Creo en el amor como motor del mundo, como combustible necesario para todos los cambios profundos que soñamos. Quizás por eso, las figuras humanas, sean parte de mi obra y mi obra sea parte, de algo pequeñito, apenas boceteado. Humildemente.
 
 
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